Magius, alias de Diego Corbalán (Murcia, 1981) es uno de los dibujantes más productivos de este país. En los últimos seis años ha publicado más de una docena de fanzines, aparte de la recopilación de 200 páginas Black Metal Comix (Fog Comix, 2012), consagrada a las historias de las bandas de este estilo del norte de Europa que dibujó durante la primera década del siglo XXI, la novela gráfica Murcia (Entrecomics Comics, 2015) y este El Método Gemini (Autsaider Cómics, 2018) que nos ocupa. Por si no fuera suficiente, es uno de los fundadores del festival Zorroclocos e Lobos, uno de los certámenes de referencia del mundillo de la autoedición desde 2014.  
El alias Magius está tomado del monje que ilustró varios Beatos en el siglo X y su admiración por este miniaturista medieval es constatable en muchas de las páginas de sus cómics. Más allá de la paleta de colores y las temáticas apocalípticas o masónicas, los personajes de Corbalán carecen las veces de perspectiva y sus viñetas están llenas de simbolismos y elementos íconicos. En este último libro, Corbalán apuesta por una paleta de colores planos, que entronca con la tradición pictórica prerrománica. Pero más allá de los aspectos formales, el último libro de Magius, le debe mucho a dos productos audiovisuales: Uno de los Nuestros de Martin Scorsese y la serie de televisión, Los Soprano, creada por David Chase y protagonizada por James Gandolfini.
Si hasta ahora los temas que ocupaban a Magius eran los nazis, los hooligans, el black metal, las cofradías mafiosas murcianas o Donald Trump, parece lógico que se haya embarcado en contar la vida de Mike Dioguardi, un aprendiz de carnicero que aprovecha la ocasión para entrar en el mundo de la mafia y hacerse un lugar en el mundo de los negocios, sin olvidar su pasado como matarife. Y es que en las páginas de este cómic abunda la sangre, como en anteriores tebeos del murciano.  
 
Familias, traiciones, robos, narcotráfico, asesinatos, prostitutas y descuartizamientos le acompañan a Mike y a su banda en esta historia de auge y caída de ritmo trepidante. El Método Gemini hace referencia tanto al tugurio de Brooklyn en el que se reúne la banda de Dioguardi como al procedimiento de despiece, desangrado y desaparición de cadáveres que emplea el grupo. Pero antes comentaba la conexión con la saga de la familia DiMeo y, al igual que con Tony Soprano, no falta en este cómic el elenco de secundarios que dotan de entidad a la obra: desde los miembros de la banda, a su familia biológica, las amantes, los otros capos, la policía o los asesinos a sueldo. Un tebeo de género bestial con unos diálogos descomunales, donde no faltan las logias y los ritos iniciáticos. Un impepinable.