Un buen vino y un buen tebeo son dos placeres que pueden combinarse perfectamente. Así lo vio Raúl Deamo cuando llevó el proyecto de juntar ambos mundos al Consejo regulador de la Denominación de Origen Catalunya. La idea fue aceptada y durante dos temporadas 17 autores realizaron 14 historietas de seis páginas cada una con el vino como tema central. Así que nos encontramos ante un encargo para la promoción de los vinos de esta denominación. Auqnue el cómic ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte y estamos muy lejos de la idea de tebeo institucional de hace unos años. Raúl Deamo tuvo la oportunidad de contactar con una serie de autores (que están entre lo más brillante del panorama comiquero) todos ellos afincados en Catalunya, y les dió mucha libertad para crear sus historietas. Hoy en día el vino es disfrutable de una forma más amplia, y ese es el objetivo de las historietas de Vinómics: acercar ese mundo tan amplio, plagado de expertos sibaritas, a la gente corriente de una forma cotidiana, amable y desmitificadora .

El vino del Emperador – Oriol Malet

 
Primero publicadas on line, donde todavía están disponibles y ahora editas en papel por Norma, reordenadas para que temáticamente la lectura gane en peso y se saboreen nuevos matices. La recopilación cuenta con historietas de Miguel Gallardo, encargado de una especia de introducción donde nos cuenta sus conocimientos sobre el vino. Oriol Malet que realiza una historieta de género negro para reivindicar la relatividad de los expertos gourmets. Andrés Palomino y Àlex S. Roca que realizan un trabajo desde el punto de vista histórico: viajan a la época de las colonias griegas en una parodia de Regreso al futuro. Ana Belén Rivero, que se hace visitar por lo frailes cistercienses. David Morancho se centra en principios del siglo XX con una bonita historia de amor platónico en las viñas. Maribel Carod, que enseña a disfrutar del vino a unos divertidos cazafantasmas a través de un espíritu de las bodegas de la Reinaixença. Las historietas de Sagar Fornier y de Raule y Roger se quedan con los aspectos más sensoriales del vino, relacionándolos con la música y el erotismo. En ese clave, más de los sentidos, está la aportación de Jordi Carrión y Martín Tognola, que recuerdan momentos especiales de sus vidas en los que el vino formó parte importante. La memoria de nuevo es el eje de la historieta dibujada por Jaime Martín, que evoca la relación de su madre con las botellas de vino, lo que podría ser un epílogo de su Jamás tendré 20 años. Manel Fontdevila coincide en el uso de la memoria familiar para una excelente historia sobre como ha cambiado el panorama de los vinos. Dentro de la clave humorística que impregna todo el tomo, destacan Albert Monteys, con una historia alrededor a una botella de vino y sus paseos entre amistades, y Bea Tormo, que nos cuenta cómo proceder a la hora de escoger un vino para una fiesta. Raúl Deamo junto a su hermano Danide son los encargados de cerrar el libro con una divertida aventura de ciencia ficción.

Gran variedad de historietas, pero con una gran coordinación de Raúl Deamo que hace que el libro sea un conjunto muy bien acoplado y cohesionado y tenga sentido como un todo, cuidando detalles como una paleta de color basada en los colores granates y los amarillos de los vinos que unifica el aspecto de las diferentes historias a pesar de la gran diversidad estilística que tienen los autores. Historias que tienen mucho de humor, pero también de aventura con olor a bd y periodismo. Donde se aprecia la valentía de la DO Catalunya para dar libertad creativa a los autores, que es como se consiguen los mejores resultados, igual que con el vino.