Pocas obras contienen tal cantidad de pasajes memorables, ya sea a nivel gráfico como de diálogos como este manga. En Tekkon Kinkreet se dan cita frases lapidarias como “si hablas mal de los demás se te secará el corazón” junto con viñetas de de una vitalidad cinemática apabullante. Patadas voladoras y mandíbulas dislocadas que retan directamente las capacidad visual del lector.
Al margen del brío narrativo y  gráfico que predomina en toda el libro, cabe destacar también el potentísimo elenco de personajes de esta historia . Desde los dos delincuentes juveniles protagonistas: Negro y Blanco (alegoría más que evidente del el Ying y el Yang) pasando por el sádico Kimura, Ratón (capo Yakuza), el jefe de policía  Fujimura (un tipo de mirada oscura: directamente con las cuencas de los ojos totalmente negras), su ayudante (obsesionado por Harry el Sucio y sin problemas a la hora de confesar su frigidez), Serpiente un malvado de aspecto andrógino con toques flamencos y sus tres sanguinarios secuaces. Mención aparte merece la figura espectral pero lucidísima del abuelo de los protagonistas. Todo ello enmarcado en el universo ultra-metropolitano de Ciudad Tesoro(mezcla de Blade Runner, el Incal y de todas las ciudades excesivas imaginables) donde Matsumoto saca a relucir todo su potencial creativo. Siempre anclado en los universos marginales de carácter juvenil. Sunny o las historias del recopilatorio Primavera Azul se mueven en este mismo ámbito de orfandad, desolación y violencia. Temas recurrentes en la obra de un autor empeñado en sacar a relucir las cicatrices que generan esos entornos sociales.

Quién no conozcan a este genial autor tiene ahora la posibilidad de entrar por la puerta grande a través de está fantástica reedición integral (el formato de tapa blanda le sienta de maravilla) de uno de los (sin duda) mangas más importantes de los últimos tiempos. Con un lenguaje que sorprenderá a los neófitos en cómic japonés: el dibujo de Matsumoto huye del canon manga. No pone tanto el foco en la precisión gráfica que podemos encontrar en la mayoría de en autores nipones ni en el detalle fino de los OtomoMochizuki o Taniguchi. Matsumoto en cambio es de un estilo y trazo muy visceral, un dibujante muy físico (en su serie Ping Pong da habida cuenta de sus dotes para evocar velocidad y movimiento) .
Estamos ante un manga atípico que remite a referencias como MoebiusSimon Bisley o incluso del Frank Miller de Sin City. Como en este último caso la historia de Tekkon Kinkreet pivota entre el blanco y el negro haciendo más que evidente y de forma llana y explícita la dicotomía entre bien y mal personificada en los dos niños protagonistas de esta historia Negro y Blanco y subrayada en la genérica y clásica categorización de buenos y malos de todos sus personajes. Aunque como descubrirá el lector justamente esa brecha entre el bien y el mal es la que se pone en evidencia a lo largo de estas más de 600 páginas. Comparar es una mala práctica pero Tekkon Kinkreet le habla de tú a tú a obras del nivel de Akira, sin ningún tipo de complejo, de hecho se trata de todo un clásico moderno que, al igual que esta última se vio también un tanto eclipsada por el éxito de su adaptación cinematográfica. Por eso mismo esta edición es también un excelente motivo para recuperar el trabajo original. Indispensable.