Si comes mucho azúcar se te caerán los dientes, los cepos son dientes de metal como los del malo de la peli de James Bond, los dentistas son unos sanguinarios que drogan a la gente para que se rían antes de hacerles una escabechina. Hay dientes que tienen vida propia, dentaduras que son las teclas de un piano y animales mellados que sueñan con poder dar un buen bocado.
Los temas del fanzine “¡Que suerte!” siempre dan para toda clase de locuras. Y los autores invitados en cada ocasión lo aprovechan para escarbar en su imaginación hasta dar con el símil más divertido, la sorpresa más grande o la enfermedad más inesperada.

Buena parte del mérito la tiene Olaf Ladousse, el responsable de que el “¡Que suerte!” sea el mejor fanzine del mundo, despertando el extraño genio de sus amigos con apenas un tema y una condición: que lo hagan sin palabras. Evidentemente, no siempre se cumple. Pero eso es algo que aprendemos muy rápido los seguidores del “¡Que suerte!”: las reglas están para romperlas. Y una vez aprendido, es perfecto dejarse extrañar tanto por las ilustraciones de ideas más o menos locas como por las historietas más narrativas.
Porque en el fanzine “¡Que suerte!” cada uno elige su estrategia. Así, mientras unos pervierten a Zipi Zape (en la mejor historieta que le he leído a Luis Mayo), otros arreglan sus problemas de pareja con una planta carnívora (Marketa) o explican aquello de que “el pez grande se come al chico” con la mayor de las precisiones (Max Cachimba con apenas unos dientes y una viñeta en negro).

Pero si hay algo por lo que esperamos con ansia cada número del fanzine es por la sorpresa y por los habituales que apenas vemos en ningún otro sitio: el dibujo enfermizo de Rubén, Axel Renaux (con su propia serie dentro del fanzine, “Un francés en Marte”), el dibujo musiquista de Lidia Damunt (Hello Cuca y fanzine “Miau”) o las ideas mágicas de Silvia Lenardón, a los cuales deberíamos sumar al divertido Roger (a él si que lo habréis visto en mil sitios, pero nunca como aquí), las pesadillas de Jose Da Maíz o al mismo Olaf, cuyas historietas últimamente parecen casi ciclos vitales llenas de imaginativas metamorfosis y violencia divertida.

www.olafladousse.com
www.elcartel.es
¡Qué Suerte!
apdo 18280
28080 Madrid