David Kohl, el protagonista, es un tipo bastante egocéntrico y cretino. Está buscando a Britannia, una diosa que le dio sus poderes, sin embargo, esta premisa no deja de ser una excusa para hablar de la nostalgia y hasta qué punto nos definen nuestros gustos.
Phonogram tiene como temática central el Britpop y quizás ese es uno de los principales problemas. Aunque las referencias pop abundan en el mundo del cómic, sólo hay que ver Scott Pilgrim o Fun Home, en esta obra son demasiado opacas y concretas. No me malinterpretéis, esto no hace de Phonogram  un mal tebeo, pero sí que limita más su público, más aún cuando el britpop pertenece a una época muy específica. Se incluye un glosario con nombres de bandas y canciones, pero no es suficiente. Para los devotos de esta explosión musical de los noventas, en cambio, el cómic funciona como un genial homenaje: cada una de las portadas de las entregas originales (este volumen recopila seis números) es un homenaje a discos míticos de la época que van del Modern Life is Rubbish de Blur hasta el debut en largo de Oasis Definitely Maybe pasando por Elastica o Suede.

El dibujo de Jamie McKelvie (1980 Malvern, Pensilvania, Estados Unidos) es uno de los elementos a destacar. Las paletas desaturadas, el diseño de vestuario inspirado en la moda británica de los 90 y en los mods y la ausencia de color en ciertas escenas, configuran una estética sobria y elegante adecuada al tono de la trama. En este cómic podemos ver muchas de las ideas que, más tarde, darían lugar a The Wicked + The Divine, como las constantes referencias musicales o la creación de un mundo caracterizado por el realismo mágico.
Phonogram es un obra poco accesible si no se conoce mucho sobre el britpop, y, a pesar de no ser un mal cómic, está muy lejos de obras más brillantes de los autores como Jóvenes Vengadores o la ya mencionada The Wicked + The Divine