En un futuro no muy lejano, los robots han sido prohibidos por ser demasiado humanos, pero algunos han escapado al control de sus fabricantes infiltrándose entre la población y deben ser localizados y eliminados para cumplir la ley. En un pequeño pueblo costero, donde hay una fábrica controlada por una familia que rige todo, parece que hay uno escondido entre la población y se solicita la presencia de una auditora de Robot Systems para que ayude a su localización de forma discreta. Así llega Mar, la protagonista de esta historia, a un lugar en el que no le va a ser fácil encajar para llevar una misión que podría cambiarle la vida.

Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) y Javier Peinado (Madrid, 1977) construyen en La auditora una historia que podría definirse como ciberpunk rural, en la que revisitan uno de los escenarios comunes del género, el mundo de los robots en el límite de la humanidad, un tema que inevitablemente va a recordar entre otros al universo de Blade Runner como referencia más conocida. Pero trasladan la acción de las megurbes hiperpobladas a un entorno rural, que, lejos de la imagen idílica, se dibuja como otro espacio invadido por un capitalismo desbordado de apariencia inevitable. El pueblo es así una fábrica controlada por la alcaldesa y sus hijos, de la que dependen todos los vecinos. Y siempre bajo unas nubes verdosas. Las relaciones entre paisanos son herméticas y llenas de secretos para los extraños.

Este es uno de los temas centrales de La auditora, la dificultad de las relaciones humanas, afectadas por el capitalismo, en un entorno ultra jerarquizado, caciquil, en el que mantener las apariencias es cuestión de supervivencia, la falta de empatía se plantea a varios niveles y se yuxtapone a la posible humanidad de los robots.
Jon Bilbao es otro de los escritores que ha encontrado en los cómics un medio idóneo para contar sus historias, siguiendo los pasos en Astiberri de Jorge Riera o José A. Pérez Ledo, por ejemplo. Una generación de novelistas que han perdido los prejuicios hacia los tebeos y han sabido ver sus virtudes y crear relatos directamente pensados para este medio, más allá de la adaptación literaria directa. Bilbao ha unido sus pasos a los de Javier Peinado, del que ya teníamos ganas de ver un nuevo cómic desde sus colaboraciones con Santiago García . Y repite con una historia de ciencia ficción donde luce su línea clara de escuela francobelga, llena de diseños retro futuristas y un uso del color con el que controla todos los ambientes. Ese cielo encapotado verdoso es ominoso.
El conjunto hace de La auditora una entretenida historia con distintas capas narrativas dentro de un marco de ciencia ficción clásica, aquella que no trata de predecir sino prevenir.