Ha vuelto a pasar, de nuevo otra edición del GRAF en Barcelona, ya van 6, 11 en total contando su edición otoñal madrileña. Una cita que sigue manteniendo el mismo pulso y actitud desde sus inicios, así que podríamos repetir palabra por palabra las crónicas de años anteriores. Hemos vuelto a disfrutar de un evento comiquero que está pensado para disfrutar del papel impreso más novedoso, y vamos si se disfruta.

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Vista general de la zona de expositores.

Como en ediciones anteriores se ha repetido el espacio: Fabra i Coats, un centro cultural que va creciendo año tras año, y donde se ha asentado el GRAF en un emplazamiento que le va como un guante. La novedad de este año es que la zona de expositores ha crecido, con lo que había más variedad para ver y tocar, las charlas se han llevado a una sala en otro edificio adyacente, y también le ha sentado bien el cambio, con buen sonido y sin ruidos ambientales. El espacio que ha sufrido ha sido el de la fiesta, que ha pasado al Casal de la Harmònia, y el sábado por la noche en la entrega de los premios Golden Globos se quedó pequeño. Y es que sigue creciendo el público que asiste al festival, cada vez más asentado en el calendario de actos culturales de la ciudad y pocos comiqueros hay por la ciudad que se quieran perder la fiesta del GRAF y los divertidos premios que organiza Ilu·Station. Y las actividades que programan siempre tienen público, este año la novedad fue la apuesta por un espacio infantil paralelo a las charlas y los talleres, y la propuesta fue un éxito, con las sesiones de cuenta cuentos llenas de niños y familias, un público que hizo que el domingo por la mañana se viese tan animado como el sábado por la tarde.
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Charla moderada por Boja Crespo entre Quan Zhou Wu y Albert Monteys

Talleres que funcionan, charlas siempre con público, siempre interesantes y divertidas. Y muchas mesas con material de sobra atractivo, todas en igualdad de condiciones, se puede destacar muchos de los tebeos que por allí circulaban, desde pequeñas grapas en risografía, hasta las novelas gráficas más vanguardistas. Cada visitante del GRAF tiene su espacio de descubrimiento y lo que encuentra destacado, hay mucho material, y mucho contacto humano, el gran secreto del festival, como cuenta Iván Galiano, el poder disfrutar de nuevo de esa sensación infantil cuando llegabas a un quiosco y se descubría un tebeo nuevo que nunca habías visto, eso se reproduce y se amplifica en el GRAF, siempre hay algún tebeo que te llama la atención y te grita para que te lo lleves a casa. Ante tanta variedad es difícil decir qué es lo que más destaca entre tanta oferta, pero podemos decir que entre lo que más triunfó están el Poulou y el resto de mi Familia de Camille Vannier (Sapristi) y el ¡Cuidado, que te asesinas! de Lorenzo Montatore (La Cúpula), dos tebeos
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Camille Vannier dedicando.

espectaculares que agotaron sus existencias en el festival. Otros tebeos que captaron la atención del público mayoritario son El show de Albert Monteys (Caramba), Pulse enter para continuar de Ana Galvañ (Apa Apa) y el recopilatorio de Alexis Nolla ¡A la aventura!, solo por citar alguno de los libros que son más fáciles de encontrar fuera del festival. Había muchas más cosas interesantes, fanzines de pequeñas tiradas, que hay que disfrutar en eventos como el GRAF. Y poco a poco va entrando más presencia internacional, este año a los franceses de Misma se le unieron la editorial de Londres pero con alma polaca Centrala, especializada en editar en inglés cómic centroeuropeo, y uno podía estar años disfrutando del material interesante que tienen, como Hungry Hansel and Gluttonous Gretel de Zavka, Anubis de Joanna Karpowicz, Old farts de Sorina Vazelina
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Lorenzo Montatore con Centramina

Y como siempre, la gente, el GRAF es un lugar de encuentro con un tamaño muy humano, uno de los grandes secretos son las conversaciones de pasillo que se dan, es imposible no entablar conversación y cervezas cada tres pasos, así que para recorrer todas las mesas se necesita tiempo, y va a pasar volando. Porque el GRAF se disfruta como un caramelo. Y que siga así por mucho tiempo, mientras sus organizadores también sigan disfrutando con ello.
Raúl Tudela