El 25 de mayo sale a la venta el último cómic de Magius, El Método Gemini (Autsaider, 2018), una historia de la mafia que contiene todos los ingredientes que caracterizan a la cosa nostra: el fraude, la estafa, el robo, la violencia, el tráfico de favores y el tomarse la justicia por mano propia. Para tener todas las pistas y claves que contiene la obra y que no quedaron resueltas en la reseña en esta misma web, Diego Corbalán (Murcia, 1981) ha tenido a bien responder este breve cuestionario vía correo electrónico. Que lo disfruten.  

¿Por qué un tebeo sobre la mafia?
Porque me apetecía, simplemente. La mafia, con toda su violencia, corrupción y rituales secretos siempre me ha atraído.

¿Cuál es el germen de El Método Gemini?
El germen es la historia del mafioso real Roy DeMeo. Lo que me llamó la atención de este pájaro era que, aún siendo un gangster que inicialmente hizo negocios como prestamista, empresario e incluso banquero, no tuvo reparos en mancharse las manos de sangre. Yo creo que este hombre veía el hecho de matar como un gaje más de su oficio, un quitarse problemas de en medio. Utilizó los conocimientos que había adquirido en su adolescencia, como aprendiz de carnicero, para descuartizar cadáveres en la trastienda de su bar y hacerlos desaparecer para siempre. No lo hacía por gusto, sólo negocio. ¿Si robaba coches de lujo para desguazarlos, y vender sueltas piezas de repuesto difíciles de encontrar, por qué no iba a “desmontar” los cuerpos y hacerlos desaparecer?


¿Tenías en mente referentes cinematográficos como Uno de los nuestros o los Soprano? ¿Algún otro referente?
Sí, de hecho hice el cómic pensando en esos referentes. Las influencias han venido más del lado del cine que del cómic, sobre todo Scorsese. Los pocos cómics sobre mafia que hay no profundizan realmente en el tema; el cine sí que lo ha hecho, así que a la hora de desarrollar una historia real con esa temática, en aquel lugar y en aquella época, las películas cuyo ambiente he intentado reproducir van desde Malas Calles a Fiebre del Sábado Noche, películas callejeras en el Nueva York de los setenta.

Esas escenas callejeras que salpimentan el cómic me recuerdan poderosamente a la serie The Deuce.
No he visto esa serie, pero cuando estaba documentándome para reproducir las escenas de calle de los cines porno de Times Square encontré algunas imágenes de The Deuce. En realidad, quería transmitir el ambiente que se puede ver en Taxi Driver, de una Nueva York llena de prostitutas, chulos, delincuentes, yonkis…

Es tu obra más ambiciosa hasta el momento, pero al mismo tiempo, al leerla, y quizás por la linealidad de la historia, se tiene la sensación de que el parto ha sido bastante fluido. Laborioso pero sencillo. ¿Me equivoco?

Como era una historia real tenía muy claro lo que quería contar, aunque algunas cosas son inventadas. Las últimas 75 páginas las hice por completo en dos meses y medio y sin guión previo, tenía muy claro a dónde tenía que ir la historia. Me costó más arrancar la historia y llegar hasta la mitad del libro, lo cual me llevó más de un año y muchos problemas, era como subir una montaña, pero alcanzando la cumbre todo iba rodado, y los cadáveres iban cayendo uno tras otro.


¿Tenías el guión totalmente cerrado antes de ponerte a dibujar? ¿Tenías escenas sueltas? ¿Cómo ha sido el proceso de creación del cómic?
Hice una sinopsis al principio, pero me olvidé de ella en seguida. Me gusta desarrollar el guión directamente en las viñetas; lo que es la historia la tengo en mi cabeza, y si me funciona bien, la cosa va fluyendo. Siempre lo pienso todo por escenas, y que tengan un tono casi anecdótico, pero que expresen bien un concepto dentro de la historia.

Otro aspecto importante en El Método Gemini es el color. Esa paleta remite a los Beatos de Magius, tu tocayo del siglo X. ¿Fue algo que tuvieras pensado desde un inicio?
Escogí el pseudónimo de Magius por el carácter apocalíptico de los Beatos, pero no pensé en los colores de éstos a la hora de hacer el color para este cómic. Simplemente quise hacer un coloreado sencillo y que impactase. Escogí el rojo, amarillo y azul porque son los colores primarios, son infantiles pero producen una sensación de delirio y pesadilla que el cómic necesita, porque esta es una historia básicamente de terror.
 

Me llama mucho la atención esos diálogos y los acentos que tienen los personajes.
Escribo los diálogos para que tengan la mayor fuerza posible, y ayuden a describir tanto al personaje como a la acción y el ambiente en los que se desenvuelve. Los diálogos también pueden llegar a explicar cosas que no se han visto, es una manera de economizar viñetas y hacer una narración rápida. No me gustan los cómics contemplativos, casi cinematográficos; en un cómic siempre tienen que pasar cosas, a no ser que se quiera reflejar cierta atmósfera previa a una acción importante. Lo de los acentos es para determinar el origen social o cultural de los personajes, dado que Nueva York es tan multicultural. La gente de barrios marginales, ya que el cómic está escrito en castellano, habla como los quinquis de películas como Perros Callejeros, mezclado con cierto acento murciano, jeje.

En tus cómics han salido logias, Murcia, nazis, personajes antropomórficos, Puigdemont y Donald Trump. ¿Eran los gángsters un paso lógico?
Bueno, lo de Puigdemont y Donald Trump han sido dibujos puntuales basados en la actualidad; lo que es la política no suelo reflejarla habitualmente en mis cómics. La temática murciana sí que ha sido bastante habitual, es como algo ideológico, como para reivindicar a Murcia y sacarla del ostracismo al que la ha condenado tanto el estado español como la propia sociedad murciana, completamente despreocupada de su historia y sus tradiciones. La mafia me ha interesado mucho porque es la versión más oscura del capitalismo. Parece que no nos queda más remedio que vivir en un sistema económico puramente mafioso del que es difícil escapar. Los rituales son parte de ese gobierno en la sombra, tanto de logias pseudomasónicas secretas, como de la mafia en sí, o de cofradías locales formadas por los pro-hombres de una pequeña comunidad.


Eres un autor prolífico. ¿En qué nuevo proyecto andas?
Ando en la idea de hacer un cómic sobre la corrupción, pero centrándome más en los corruptores que en los corruptos. Pero la cosa todavía está muy verde.

¿Cómo fundador de Zorroclocos e Lobos como ves el mundillo de la autoedición en Murcia y en nuestro país en general?
No lo veo mal, pero parece que poco a poco se va estancando. La mayoría de la gente que suele acudir a eventos de este tipo va por mera pose, a hacer amigos o a ver un concierto y beber cerveza.
 

Magius, custodiando su obra