Sweets, Wanda, Wendy, Pinky, Blackie y McQualude fuman, beben, sueltan tacos y conducen un coche guapísimo desde el que disparan a quien se atreva a jugar en su contra. Bienvenidos y bienvenidas al Club de las Chicas Malas. Pillad una birra, sentaos y no se os ocurra hacer el tonto, porque aquí el que se pasa de listo acaba con un tiro en la pechera. Las Chicas Malas son así, la vida las ha tratado mal y piensan devolverle todo lo que les ha arrebatado.
Ryan Heshka (Manitoba, Canadá, 1970) nos presenta a estas seis tipas duras sacadas directamente de la contraportada de un disco de rockabilly. Seis pin ups con mala leche que nos llevarán en una aventura sin respiro contra los poderes que corrompen su ciudad, y que arrasarán con todo a su paso en una historia que une las aventuras pulp de venganzas con una estética rockera y mucha mala leche. Heshka estructura una historia sencilla pero efectiva, en la que las protagonistas se enfrentan al poder personificado en políticos corruptos, policías ineptos e iglesia babosa de doble moral (todo parecido con la realidad es pura coincidencia).
Una historia entretenida y con suficientes sorpresas para mantenernos enganchados, aunque lo que realmente hace avanzar la lectura son sus espectaculares dibujos. Una maravilla en blanco, negro y rosa con una composición de página frenética que referencia continuamente a la cultura popular de los 50, como los tatuajes old school, a las pin ups y a las películas de serie B.
Heshka es un artista forjado en cientos de ilustraciones con la cultura pulp, la ciencia ficción y el terror vintage como máximos referentes, y aquí pone toda su experiencia a trabajar, saliendo muy bien parado de su experiencia como autor de cómic. Qué bonito es todo en este tebeo y qué bien le queda el rosa a la decadente ciudad de estas Chicas Malas.
El trabajo de Ryan Heshka en este sentido es sobresaliente, y la gente de Autsaider ha hecho un trabajo impecable adaptando el trabajo del canadiense en esta edición. La rotulación del cómic es perfecta, integrando los diálogos y textos de apoyo a la perfección, cuidada para mimetizarse al máximo con el trazo original del autor (buscad páginas en inglés si no me creéis), pero mención aparte merece la traducción de Silvia Autsaider, Ascen Martín y Araceli Iranzo, con expresiones marcianísimas que acompañan a la perfección el disparate de acción que es este Amanecer Rosa. “Tetas sarnosas” y “cara chorra” han pasado ya a nuestro manual de expresiones para ocasiones refinadas.
Un conjunto empaquetado bellísimamente en tapa dura, en una edición sobesaliente a un precio bastante ajustado. Uno de esos tebeos que entran por los ojos y que da gusto tener entre manos. Si además es un artefacto que tira a matar contra el poder y en favor de la sororidad y la hermandad femeninas, estamos ante una obra a la que vale la pena acercarse.
¿Veis eso? Es el amanecer rosa. Poneos las gafas, subíos al coche y pisad el acelerador, que el viaje va a estar movido. Poneos vuestro disco de surf rock favorito y preparaos para ver la vida en rosa y negro.