Un asombrado pato se adentra en el museo de las maravillas modernas. Allí contemplará inefables inventos que lo dejarán boquiabierto. El dibujo animado, que se titula “Modern Inventions” (1937), está protagonizado por el Pato Donald y se cierra con un gag en el que este pasa un mal rato al probar una silla mecánica de barbero. La idea del gag fue de Carl Barks y gustó mucho a los directivos de los estudios, por lo que fue ascendido al departamento de dibujo de Disney.

49_unoAzar. Buena suerte. Mala suerte… son constantes en las historias de El Pato Donald y también uno de los temas existenciales de Carl Barks, el dibujante de cómics que dotó a ese pato con extraña voz de la personalidad definitiva con la que paulatinamente iría creando adeptos -no solo infantiles sino también muchos adultos que se identificaban con sus avatares- y quien inventaría nuevos personajes y un entorno, Patolandia, en el que los patos eran los reyes. Las aventuras de Tío Gilito, los Golfos Apandadores, Narciso Bello y tantos otros debieron sus plumas a la pluma -permítaseme el chiste fácil- de Carl Barks.

El Pato Donald fue creado por Art Babbit y Dick Huemer para el corto de dibujos animados “The Wise Little Hen” (1934). La versión en cómic -del mismo año- fue del dibujante Al Taliaferro y del guionista Bob Karp, pero con Barks el Pato Donald adquiere el estatus de personaje independiente y es dotado de la psicología que lo caracterizará en el futuro.
Carl Barks comenzó a trabajar en los estudios Walt Disney en 1935, en plena expansión del imperio Disney debido al éxito de algunos de sus personajes, como Mickey Mouse o Pluto.
Barks comenzó como dibujante de las posiciones intermedias entre las acciones de los personajes en los cortos de animación. En 1937 pasó al departamento de dibujante de cómics y allí permaneció hasta 1942 cuando, debido a la contienda bélica que obligaba a la superproducción de historias para el frente -cosa que desmotivaba a los creadores- y a unos problemas de salud debido al aire condicionado -el cual le agravaba una molesta sinusitis-, lo dejó todo para montar una granja aviar. 20140618145212-carl-barks-feat
El intento de montar un negocio propio fracasó y ese mismo año pidió trabajo en la Western Publishing, la editorial que publicaba los cómics de Disney. Allí, Carl Barks retomó su relación con El Pato Donald y lo hizo crecer como personaje, llegando hasta nuestros días como lo modeló ese hombre de niñez solitaria criado en una alejada granja de Oregón. Muchas de las situaciones por las que atraviesa el Pato Donald pueden considerarse inspiradas en la propia vida de Barks, además también incluye en sus historias algunas bromas privadas en las que aparecen personalidades de su entorno.
La primera aparición de Tío Gilito fue en 1947, en la historia titulada “Christmas on Bear Mountain”. Barks se inspiró para su creación en la figura de Mr. Scrooge, personaje creado por Charles Dickens para “Canción de Navidad”.
barney-bear-1Carl Barks también trabajó con otros personajes que no eran producto de los estudios Disney, como “Andy Panda”, en 1943, o “Barney Bear and Benny Burro”, entre 1944 y 1947. Oficialmente Barks se jubiló en 1966 pero su editor lo persuadió para que continuara escribiendo y dibujando historias de Donald. La última aventura de Donald creada por Barks se publicó en noviembre de 1968. Posteriormente, continuó escribiendo hasta su muerte -acaecida en agosto del año 2000- algunos guiones para ese pato algo haragán y gruñón.
Planeta publicó hace unos años el primer volumen de la “Biblioteca Carl Barks” que además empieza de manera intachable: se publican las historias creadas por Banks entre 1942 y 1943, que es cuando el dibujante toma las riendas del personaje tanto en los guiones como en las ilustraciones. El volumen uno se inicia con la historia titulada “Pluto salva la nave”, en donde Barks colaboró como coguionista, y continúa con las dos primeras aventuras largas de Donald dibujadas y guionizadas por Barks -“Donald y el tesoro del pirata” y “El anillo de la momia”-, así como los dos primeros episodios cortos que se crearon para la revista Walt Disney’s Comics and Stories. Los artículos de Alfons Moliné que se intercalan entre las historias aportan una completa información sobre el dibujante y sobre su obra.