Hace algo más de un año que llegó a nuestras manos “Save Our Souls”, el segundo tebeo de Felipe Almendros, y todavía nos asaltan las mismas preguntas: ¿De dónde sale su autor? ¿de verdad es la misma persona que hizo “Pony boy”? ¿Por qué nos recuerda a tantas cosas y a la vez no se acaba de parecer a ningún otro tebeo? Nada mejor que aprovechar su edición “comercial” (la anterior fueron solo 100 ejemplares autoeditados) para plantearle todas nuestras dudas y preguntas. Éste es el resultado:

¿Que usas para dibujar?

Para “Save Our Souls” usé el ordenador. Supongo que tenía ganas de cambiar los hábitos que tenía a la hora de dibujar. Y la tableta gráfica me acotaba muchos de los vicios adquiridos durantes años. Era una manera diferente de expresarme, así que me pareció bien experimentar con eso. Soy una persona muy desordenada y sucia a la hora de trabajar y muchos proyectos los dejaba a medias por falta de organización. Digamos que el ordenador me sirvió para volcar todas las ideas rápidamente, casi como un vómito.

He leído en una entrevista que no solías leer muchos tebeos, ¿cuando empezaste a interesarte por ellos y a dibujar historias?

La vedad es que no he leído muchos tebeos, ni tampoco podría decirte influencias o dibujantes preferidos. Lo que sí me gusta es contar historias. Es algo que me sale de manera espontánea y, como ilustrador, me parece que el comic es un formato con el que me siento muy a gusto, porque me permite plasmar rápidamente lo que imagino en cada momento.

22_072 Tu tebeo no se acaba de parecer a ningún otro. El dibujo tiene algo de David Shrigley, pero David Shrigley nunca ha hecho nada parecido a una historia, y la primera vez que me explicaron “Save Our Souls”, pensé que tenía mucho que ver con los tebeos de Joe Matt. Da la sensación de que tus referentes vienen de mundos muy distintos. ¿Podrías decirnos algunos de los nombres que te empujan a dibujar?

Lo que me empuja a dibujar no son las referencias o los nombres de artistas conocidos. Nunca me he sentido muy identificado con nada, la verdad. Prefiero no intoxicarme buscando referentes o artistas que me hagan sentir especial.

El otro día vi unos lienzos pequeños tirados en la basura. Eran dos retratos muy mal dibujados, pero me emocionaron un montón, porque parecían hechos por alguien que se puso a pintar por casualidad, o por pasar el rato. Me gustan los dibujos que hace la gente que no sabe dibujar, pero que ponen mucho empeño en ello. Y cómo trazan las líneas en los dibujos, pasando varias veces el lápiz por el mismo sitio, como inseguros. Creo que ésas son mis influencias actuales.

Hay una gran diferencia entre “Pony Boy” y “Save Our Souls” en todos los niveles, ¿que pasó entre un tebeo y otro?

La diferencia es que “Pony Boy” lo hice pensando en la gente que lo leería y eso fue un error, porque me dejé llevar por algunos tópicos narrativos demasiado idiotas, aunque no reniego de esa obra, es algo que hice y de lo que aprendí mucho. Todo lo que hacemos sirve para algo. Con “Save Our Souls” lo tenía todo más claro. Lo hice porque tenía algo que explicar y sabía cómo explicarlo. En Pony Boy sólo jugaba a ser dibujante de comics, pero se me olvidó pensar en la obra.

La lectura del tebeo no es nada cómoda, me tiré todo el tebeo planteándome incluso que clase de persona explica estasfelipe-almendros-sos010 cosas sobre si mismo, creo que el dibujo feísta ayuda a crear una sensación muy perturbadora. Durante el proceso de escritura y dibujo, ¿pensabas que lo leería alguien?

No hay duda de que pensaba que lo leería alguien, pero siempre imaginaba que sería muy poca gente: mis amigos más cercanos y poco más. Tenía claro que con esos dibujos que hago no le gustaría a mucha gente, pero desde el principio del proyecto me lo tomé como algo que hacía por diversión y me ponía a prueba para ver de qué era capaz. También me motivaba mucho cuando les mandaba algunas páginas del comic por el messenger a mis amigos, porque se reían mucho…bueno o eso decían.

El tebeo, pese a esa apariencia dejada, tiene una voluntad de estilo muy fuerte. ¿Te auto impusiste algunas normas antes de empezar el tebeo o fueron surgiendo sobre la marcha?

Como te decía era un ejercicio de búsqueda personal y, sobretodo, de eliminar vicios adquiridos a la hora de dibujar. Cuando llevas mucho tiempo dibujando, la mano ya va sola y al final te conviertes en una impresora HP. Al final estuve más tiempo buscando el estilo que dibujando las ciento y pico páginas. En esa época lo que más me obsesionaba era la línea, el trazo… y no paraba de modificar los valores del pincel en el software que usé para dibujar. Quería una línea muy fina, que casi no se viera, para ser lo menos pretencioso posible. También quería que pareciera un dibujo hecho por alguien ajeno al mundo del dibujo.

¿Cuáles fueron las reacciones de la gente que aparece en el tebeo al leerlo? ¿Lo enviaste a Méjico?

Sí, les envié a México la primera edición que autoedité y les gustó mucho a los chicos. Hablábamos mucho por el Messenger recordando algunos episodios del comic. Supongo que para ellos fue muy divertido recordar los días que pasamos juntos en Colima. Mi amigo Luca, que también sale en el comic con forma de enano repelente, se alojó unos días en mi casa justo cuando salió la primera edición, se lo leyó y me dijo: Eres un idiota… y soltó una pequeña “carcajada”. Eso me emocionó.

La música está muy presente en todo el tebeo. ¿Sueles dibujar con música?

No mucho, la verdad. Prefiero tener una voz de fondo. Algo constante y repetitivo como la radio o el televisor. Pero la música siempre está presente en mi vida y es algo que utilizo, porque es una forma como otra cualquiera de dar carácter a los personajes de los que hablo, te da más información de cómo pueden ser sus vidas.

Me contó Toni (Apa Apa) que le enseñaste algo de lo que estás haciendo. Me dijo que le habías enseñado el tebeo completo, pero no recuerdo si sólo los cuadros de texto o sólo los dibujos. ¿Sueles trabajar las dos cosas por separado? ¿Nos puedes hablar un poco sobre este nuevo comic?

Sí, le mandé un pdf con el comic nuevo casi acabado, pero de eso hace ya mucho y ya he cambiado casi todo, porque se parecía demasiado a “Save our Souls” y me apetecía más probar algo diferente. Ahora estoy probando con pinceles y cosas así, pero aún no lo tengo muy claro. En cuanto al guión, será algo basado en estos últimos 9 meses que he vivido de depresión profunda, aunque espero darle un toque de humor para que la gente no se tire por la ventana. Volveré a plantear la historia partiendo de vivencias personales, visitas al psiquiatra y cosas así. Y bueno, trabajo de manera muy caótica, la verdad. Me planteo el guión como un esquema de escenas o situaciones. Simplemente pongo qué personajes aparecen y de qué hablan o sobre que va la conversación, cosas muy básicas. Después dibujo sobre ese boceto escrito y, cuando lo tengo todo dibujado, me pongo a imaginar las conversaciones de los personajes y escribo los diálogos directamente, como si fuera un juego. Aplico técnicas así para que el proceso creativo sea más ameno y más imprevisible. Así puedo cambiar lo que quiero en cualquier momento.

¿Puedes hablarnos un poco de la primera edición de “Save Our Souls”? Tengo entendido que está hecho de forma artesanal.

Parte de culpa de ese proceso la tiene mi amigo Pau Arregui, que fue con el que más compartí el proceso del comic. Siempre le mostraba los dibujos y parecía que le gustaban mucho. Me animó para hacer una edición así, en plan casera, e hicimos 100 ejemplares para una exposición de ilustraciones que hice. Básicamente para que la gente se llevara un recuerdo de la expo.

¿Hiciste fanzines antes de editar “Pony Boy”? ¿Cómo llegó tu trabajo a la editorial Glenat?

En esa época necesitaba dinero y pensé que estaría bien hacer un comic, porque era algo que me veía capaz de hacer y así nació Pony Boy. Fui a Glenat porque fue la editorial más cercana que me salió en el Google maps y porque a Félix le gustó mucho el proyecto, así que para qué buscar más…. Además me pagaban, perfecto. Le agradezco mucho a Félix el interés que mostró durante todo el proceso editorial, fue genial.

¿Puedes hablarnos un poco sobre “Límite Bipolar”? ¿Tienes mucho más material inédito o vas sacando más o menos todo lo que haces?

Limite Bipolar ufff… una larga historia. Había un fanzine llamado Garabattage. Me pidieron colaboración e hice unas páginas basadas en la historia de un hombre que vive encerrado en la habitación de su casa y de la cual no puede escapar, pero no me lo publicaron, y con razón. Por entonces, yo andaba liado preparando la expo de ilustraciones y pensé que estaría bien aprovechar ese guión para hacer una animación y proyectarla en la galería. El proceso de la animación se alargó un poco y, para cuando ya estaba acabada, dejó de gustarme. Así que decidí salir del proyecto, porque no sentía que fuera algo mío.

El único proyecto que tengo ahora es buscar la manera de plasmar la nueva historia, y dibujarla, claro. Y también hacer un dibujo para una novela de Hernán Migoya que se llamará: Quítame tus sucias manos de encima. También tengo que dibujar la portada de un libro que publicará mi amigo Luca Pakarov, creo que lo titulará: Pudding. Y…. nada más. Bueno, estoy grabando unas escenas en video con unas chicas de Badalona, pero es algo que va para largo. A ver si lo acabo y lo pongo en mi web.

Reseña de ‘Save Our Souls’ en 13 millones de naves