Que el sexo es un tabú no es ninguna novedad y Sex Criminals es perfectamente consciente de eso. En el primer tomo de la serie se trataba con mucho acierto y mucha gracia todos los reparos, complejos y dudas que las personas tenemos respecto a este controvertido tema: desde los primeros acercamientos durante la adolescencia, hasta el tratamiento de distintos fetiches y prácticas.
Cuando la protagonista, Suzie, tiene un orgasmo por primera vez descubre que el tiempo se ha parado. Decide preguntar sobre el tema a su mejor amiga, un médico e incluso a su madre pero debido a los reparos que hay entorno a hablar de sexo (más aún cuando la que saca el tema es una chica joven), nadie sabe darle una respuesta a su problema. Los poderes de Suzie sirven como metáfora para ilustrar lo solos y perdidos que nos sentimos ante una faceta de la vida que es, en realidad, totalmente sana y natural. Al conocer a Jon, y descubrir que él también es capaz de detener el tiempo, empiezan una divertida relación porque al fin han encontrado a alguien con quien compartir experiencias (y robar bancos).

A estas alturas de la trama queda claro que el punto principal de interés, y donde brilla más el cómic, es a la hora de escribir personajes complejos y realistas

Sin embargo, todo ese frenesí parece haberse acabado en esta segunda entrega de Sex Criminals. Una vez pasada la novedad, ambos deben seguir con la vida, Suzie intentando salvar la biblioteca y Jon con problemas médicos, mientras la Policía del Sexo les sigue la pista a ambos. La salud mental de Jon es prácticamente un tema central en este tomo y también una de las cosas que le hace distanciarse de Suzie hasta el punto en el que se toman un respiro en la relación.
A pesar de que haya una historia principal, a estas alturas de la trama queda claro que el punto principal de interés, y donde brilla más el cómic, es a la hora de escribir personajes complejos y realistas. Nunca se recurre al morbo, ni a la sexualización, más bien al revés: muchas situaciones son torpes y ridículas, porque las personas somos todo el rato torpes y ridículas. Y, aunque hay obras que han sido capaces de plasmar el sexo de forma atractiva y positiva, como Sunstone, hace falta desmitificar el tema, en especial cuando se trata la sexualidad femenina.

Sex Criminals trata con mucha honestidad temas delicados como el sexo, las enfermedades mentales o las relaciones humanas. Es capaz de darle la importancia necesaria pero sin caer excesivamente en el dramatismo, incluso se permite hacer una parodia de The Wicked + The Divine o Shrek. La ficción es una herramienta realmente útil para romper tabúes y este cómic hace un excelente trabajo normalizando cosas que ya deberían estar normalizadas.