La Senda de los Druidas escrita por Fer Jiménez y dibujada por Miquel Rodríguez cuenta el periplo ritual de un candidato a bardo por la senda de los Druidas, un camino lleno de magia y peligros que debe realizar para completar su formación. Pero es también el viaje de vuelta, como rito de iniciación de su hija. todo en un mundo lleno de mitología de base celta amenazada por las ambiciones de las nuevas grandes ciudades.
La senda de los Druidas es una historia de fantasía épica, dentro del canon del viaje de iniciación, orientada a un público juvenil. Se trata de un viaje de iniciación de ida y vuelta donde la asunción previa de ciertos lugares comunes del género consiguen que la aventura resulte fresca y entretenida. Los personajes desarrollan ante el lector su propia personalidad, y el clan familiar protagonista despierta enseguida empatía. Otro punto a favor es el hecho de no  infravalorar al lector juvenil dándole todo masticado o censurando escenas que tienen pleno sentido en la historia que cuentan. El público juvenil es tanto o más exigente que el adulto, algo que tienen asumidos los dos jóvenes autores, que además tienen las influencias culturales más próximas al público al que se dirigen.
Eso se nota también en el aspecto gráfico, aunque el álbum tenga un formato europeo clásico, y la estructura de las páginas que desarrolla Rodríguez se mueven en esos parámetros también son claras planificaciones y soluciones basadas en la narrativa de los videojuegos o del manga, donde por ejemplo hay un homenaje a Akira, obra que ya es referencia para una nueva generación de autores. Aún asumiendo las diferentes influencias y estilos Rodríguez es capaz de dotar un carácter personal a su dibujo, Punto a destacar dado que es su primer trabajo largo.
Estamos una aventura de corte clásico con un trasfondo de denuncia ecológica y social: el libro apela a temas como el efecto devastador del capitalismo frente a las tradiciones, tema que por cierto es muy común en la fantasía épica, centrado en este caso en la naturaleza y las leyendas evitando en parte el peligro de caer en el tópico que identifica la ciencia y tecnología con los males del progreso y que culturalmente se ha tendido a asociar con los males del capitalismo cuando deberían estar bien diferenciados.
Fer Jiménez y Miquel Rodríguez han armado un cómic juvenil entretenido, con varios niveles de lectura sin pecar en la condescendencia o el exceso de accesibilidad de cara a sus lectores. Una nueva aportación al catálogo de la pequeña editorial Sallybooks, que poco a poco va ampliando su gama de tebeos para todas las edades, un nicho que siempre parece estar poco surtido, pero en el que rebuscando un poco se encuentran títulos interesantes para cualquier franja de edad. Quizás estaría bien que las librerías empezarán a tener más en cuenta a este segmento de lectores y dedicar un espacio específico para atraer a los padres que buscan lecturas adecuadas a sus hijos, un mercado que poco a poco empieza a cobrar más importancia.