Ya decía Perich en “El gats de Perich” que no existen gatos policía, con lo cual todos aquellos que todavía crean que el perro es quien ostenta del título de mejor amigo no-humano del hombre deberían reflexionar seriamente sobre el tema.
Por si eso no bastara recomiendo al colectivo “fans de los perros” que dejen atrás sus prejuicios de una vez y se hagan con este pequeño gran tributo al felino.
Jeffrey Brown vuelve a hacer aquí lo más difícil: narrar con una claridad y una sencillez aplastante pequeños momentos de la cotidianidad. En este caso la cotidianidad de quien tiene un gato. Y es que todo el que conviva con dicho animalito se emocionará y devorará con una sonrisa de satisfacción este tebeo. No precisamente por ser un homenaje empalagoso si no por que es un compendio de “observaciones” que relatan a la perfección el peculiar comportamiento del gato.
Estoy convencido de que al acabar el cómic los fieles dedicarán a su mascota una sincera mirada de complicidad de esas que se suelen dedicar a los mejores amigos cuando uno se da cuenta de su gigantesco poderío.
Lo dicho, Jeffrey Brown es de la opinión de que el mejor amigo del hombre no es el perro. Por algo será.
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